cabecera
registro
iniciosesion
foro
contacto
inicio
noticias
parques
recomendaciones
alimentacion
rutas
taller
videos
eventos
eventos
 
menu_facebookmenu_youtube
menu_twittermenu_vimeo
 
 
 
 
 
 
 

EVENTOS

 

 

SIERRA NEVADA 2012

A continuación os vamos a deleitar con la crónica aventurera de unos de nuestros integrantes “cuñatis” en Sierra Nevada.
Más de 170 km y un desnivel casi de 6000 m en dos días de pedaleo por las cumbres más altas de Andalucía.
El evento se divide en 3 partes donde nos explican 2 jornadas de ruta y la galería de imágenes (espectacular y comentada).
Por último, puedes enlazar con el track de la ruta, por si un día queréis realizarla.

Día 1

Día 2

Galería de imagenes

Día 1

El lunes 6 de Agosto a las 8 de la mañana estábamos los 6 componentes de esta nueva ruta por Sierra Nevada listos y aparejados con todos los bártulos en el camping de La Zubia (740 m.). Tan solo necesitábamos un bareto donde poder desayunar, que por estos lares, la gente es más bien tranquilota y no abre casi ninguno antes de las 9. Pero por suerte la noche anterior cenando, nos dieron referencias de uno que se arriesgaba a abrir a eso de las 7:30, así que para allí nos fuimos cargados y pertrechados con nuestros mochilones a la tan ansiada tostá.

Después de un necesario desayuno, que bien falta nos harían las calorías, empezamos a salir del pueblo dirección al collado del Tejarillo por el mismo sendero que usamos el año anterior para subir hacia Pradollano. Pero este año la ruta era diferente. Mucho más dura y larga, pues serían dos días intensos de beteteo por la Sierra de las sierras.

Ya en las primeras cuestas de la salida de La Zubia, que por cierto, nada tienen que desmerecer, escuché en la bici de Antonio (KAY) un ruido en el cambio que luego daría la cara. Le hice un comentario entonces, pero como a éste le sobran piernas, no lo tuvo demasiado en cuenta, a la espera de como evolucionara el problema.

Ya en las primeras rampas por las que salimos, en sendero, la gente estaba muy animada. Las cuestas eran importantes, y afortunadamente no hacía mucho calor. Nada que ver con el año anterior, que rodábamos por esa zona sobre las 10 de la mañana y el soletón hizo mella en algunos.

A media subida el cambio de KAY se empezó a resistir, la cadena y los piñones más grandes parecían no querer llevarse bien. Y es que en este tipo de terreno, o llevas disponible toda las artillería, o lo empiezas a sufrir a los pocos kilómetros. No fue el caso de KAY, que aunque él no salga nunca, resistía como podía con los piñones centrales y casi sin cambiar en las pendientes, que no eran precisamente pequeñas.

Parada para intentar arreglar aquello, pero nada. Limpieza con pincelito, aceite, ajustes en el cambio, y aquello que no iba. Hasta a Antonio se le pasó por la cabeza el darse la vuelta, pues veía que lo que quedaba era largo, y no precisamente llano. Pero logramos seguir todos cuesta arriba, a pesar de los problemas.

Llegado al collado del Tejarillo (1.170 m.), comenzamos una bajada por senderito, de esos de palmo y medio, zigzagueando continuamente, trazando en cada curva y pillando los peraltes. Así unos dos kilómetros, en el que casi ni paramos a hacer fotos por lo de ir disfrutando como niños chicos. Vicente creo que me dijo algo de “Single Track”, que para lo que yo entiendo de esto me sonó a elepé de los antiguos ja ja.

Una vez llegados al Cortijo de Gil López, enlazamos con un camino medio asfaltado que seguía bajando, para luego adentrarse entre olivos y llegar siempre en continua bajada hasta el Río Dílar (870 m.).

Aquí tenía dos alternativas, pero como ví a la gente fresca y con caritas de satisfacción por la bajadita que nos habíamos pegado, ni consulté, a por el trazado más heavy. Así que nos metimos cuesta arriba para llegar a Ermita Vieja por unos senderos bajo pinos que en alguna ocasión perdíamos, pues el “Guiaburros” como llamo yo al GPS, con tanto pino a veces pierde precisión y en vez de 10 m. te salta a una precisión de 50 m., y esto en cielo abierto bien, pero entre pinos por los que no pasa nadie en medio año, y entre barrancos como los que estábamos suponía perder el sendero una vez sí y otra también. Pero que leches!, a eso habíamos venido, a disfrutar, y si uno no se pierde un rato de vez en cuando, la cosa no tiene emoción ja ja.

Y así, entre pinos y por unos senderitos por los cuales a veces había que echar pie a tierra, comenzamos nuestra ascensión hacia el refugio de Ermita Vieja, primera parada del día. Antes, por el camino, Rogelio y el Makina pararon en alguna ocasión a retirar algunos troncos de árboles que habían caído bloqueando el paso por esos senderos, como podremos ver en las fotos.

Ya en Ermita Vieja (1.368 m.) el paisaje de la zona de Granada era espectacular. Dentro de poco cambiaríamos de valle, y empezaríamos a ver otra zona más al sur, así que no desaprovechamos la oportunidad de echar unas cuantas fotos hacia Granada desde esa altitud. En esta parada fue donde Rogelio pilló la bici de KAY y no se lo que le haría, pero la dejó “nique”, por lo menos ya no daba tanta guerra como hasta entonces.

Una vez repostada agua en la fuente que hay allí mismo, otra vez tenía el dilema de si tirar por pista o por sendero, pero claro, tampoco pregunté demasiado, y si lo hacía, era al Makina, el que siempre me contestaba lo mismo “tú no preguntes y tira por el sendero” ja ja. Pues no se iban a hartar de pistas y senderos en ese día...

Así que justo enfrente de la fuente había un senderito que nadie vió, pero que yo llevaba grabado en el GPS, y cuando ví que la gente salía disparada para arriba por la pista, dí una voz y dije “por aquíííí!!!”. ¿Por dónde? preguntaba la gente, y cuando vieron que yo enfilaba una senda que subía empinada, alguno se acordó del guía y de su familia je je

Pero eran solo unos 50 m. los que estaban al no menos del 25% de pendiente, el resto volvía a ser sendero del bueno, que subía por la ladera de un cerro, el de Montellano (1.401 m.), aunque el nombre sonase a coña, y luego bajaba por otro sendero no menos bonito y entretenido, zigzagueando con un barranquillo de unos 50 mts de caída a la izquierda, hasta enlazar con la pista que podíamos haber tomado antes, pero que hubiese sido tremendamente aburrida.

De aquí continuamos por pista en un sube y baja por el camino de Prado Seco, que discurre por el barranco del mismo nombre, en el cual algunas veces la pista se empinaba tanto que daban ganas de echar pie a tierra, pues el calor ya empezaba a pegar de lo lindo.

Llegados al Collado de la Magara (1.605 m.), cerca de Los Puntales del Tigre, paramos a reagruparnos y tomar algunas fotos más, pues los barrancos que íbamos sorteando eran espectaculares, además de duros.

Ahora nos tocaba una bajada por pista pestosa, pues tenía arena de la fina, polvo, más bien diría yo, y hacía que a veces la rueda se medio clavara en la bajada. Pero todo fue bien, hasta alcanzar el Río Dúrcal (1.270 m.), el cual recuerdo de hacía dos años, que lo pasé fatal subiendo por paredes con la bici a la espalda. Este año no sería así, pues el recorrido era por pista, pista dura, pero pista.

Así que ahora nos tocaba otra vez subidón, y este del bueno, unos 10 kms con un desnivel casi de 1.000 mts para alcanzar la fuente que hay en el Cortijo de Echevarría (2.000 mts).

Desde el cortijo las vistas eran espectaculares. A las fotos me remito. Son las que todos tenemos los piececitos metidos en una acequia, que aunque el agua no andaba muy fría ahí, al menos refrescaba. Nada comparado con lo fría que salía el agua de la fuente que estaba a unos metros.

Una vez comimos aquí, continuamos la subida hacia la Rinconada de Nigüelas y de aquí ligera bajada hacia el barranco del río Torrente. Desde esta zona se puede divisar gran parte del Valle de Lecrín, el embalse de Béznar, ...

A partir de ahora tocaba ligera pero larga bajada buscando el barranco del río Lanjarón, donde se encuentra uno de los senderitos más bonitos que íbamos a hacer ese día, el de Tello.

La bajada por sendero hasta el río Lanjarón (1.465 m.)es espectacular, toda ciclable y de todos los niveles, como decía alguno je je, aunque alguno la hiciera un poco a pie, y no es de extrañar, pues el precipicio que llevábamos a nuestra derecha no era precisamente de un metro.

Ya una vez en el río Lanjarón, nos esperaba una subida más fuerte al principio, pero que una vez llegados a un cruce se tornaba casi llano en la cota de 1.700 m., para ir enfilando ya el área recreativa de Puente Palo (1.765 m.).

A partir de aqui nos quedaban unos 3 kms de subida con buenos repechos hasta enlazar con una pista más grande, donde la pendiente ya se hacía menor, y que al cabo de un total de unos 8 kms llegaríamos al punto más alto de la ruta del día, el Refugio del Puntal, a 2.235 m., por encima incluso del Puerto de La Ragua (2.039 m.)

Una vez en el refugio, se divisaba Capileira allá abajo. Y a la pregunta de más de uno de dónde estábamos y de cómo íbamos a llegar hasta Capileira, que quedaba muy por debajo nuestra, la respuesta era clara. “Bajamos por aquí, señalando entre pinos algo que parecía ser un senderillo de piedrecitas de no más de palmo y medio” Ja ja ja, se reían algunos, “que cachondo el Yoki”. Pero no fue hasta verme enfilar hacia abajo por el senderillo cuando escuché a Rogelio “Coño!!, que es por ahí, que no era bromaaa!!!”

Y todos a quemar adrenalina en la gran trialera. Bajadón desde el refugio del Puntal hasta la central hidroeléctrica de La Cebadilla. 5 kms con un desnivel de unos 700 mts. en los que pararse a hacer fotos era difícil, pero se hicieron.

A Capileira llegamos casi de noche, por no decir de noche, pues los problemas mecánicos al principio, y algunos problemillas físicos al final, hicieron que nos retrasáramos bastante con respecto a la hora de llegada prevista.

Esa tarde fue llegar al alojamiento y dejar las bicis para ducharnos e irnos a cenar el típico plato alpujarreño, que nos llenaría de energía para afrontar el reto del día siguiente, que tampoco sería nada desdeñable.

Los datos del primer día de ruta son estos:

Distancia: 82 km
Desnivel de subida acumulado: 3.385 m.
Velocidad media: 9 km/h aprox.
Tiempo total: 13 horas y media
Tiempo en movimiento: 8 h y media
Tiempo parado: 5 horas

 

 

Día 2

El martes nos levantamos bastante tarde, en parte por el cansancio del día anterior, y en parte porque en estos pueblecitos no abre nada antes de las 10 de la mañana, y el día anterior no nos dió tiempo de comprar la comida para este día. Así que nos lo tomamos con calma y esperamos hasta las 10 de la mañana para comprar el embutido y el pan. La fruta la compramos en un mercadillo que se puso casi enfrente de nuestro alojamiento.

El día no pintaba muy bien, y no por la meteorología, que fue estupenda, sino porque alguno de nosotros tenía secuelas del esfuerzo del día anterior y hubo un amago de abandono, pero que se pudo evitar con la ayuda del autobús que sube pasajeros hasta los 2.700 m. de altitud, donde se encuentra el Alto del Chorrillo.

Hoy la ruta sí era de altura, y no por el esfuerzo que debíamos hacer, sino más bien por la altitud que íbamos a coger. Los tresmiles nos esperaban. Yo tan solo pedía que no pegase mucho viento en altura, pues si no lo íbamos a pasar regular. Y eso que estamos acostumbrados al levantito.

Pero la meteorología no podía se mejor. Ni mucho calor, ni mucho frío. No hizo falta el chubasquero en la subida, y sí en la bajada.

Comenzamos a salir de Capileira (1.453 m.) a eso de las 11 de la mañana subiendo por pista hacia la barrera del Parque Nacional, que se encuentra en el área recreativa de la Hoya del Portillo (2.154 m.). Todavía en las cercanías de Capileira nos pasó el autobús que sube, con nuestro compañero dentro, pero no lo pudimos ver, así que pensamos que se habría ido en autobús para Granada.

La pista subía y subía, pero sin grandes desniveles, muy llevadero, aunque a alguno la mochila ya se le empezaba a atravesar, pues el peso en estas rutas es muy importante.

Una vez llegados al mirador de Trevélez (2.680 m.) paramos para hacernos unas fotos y dejar en poco tiempo la pista de zahorra por la que habíamos estado subiendo, para cambiarla por una típica pista de alta montaña, lleva de pizarras y piedra suelta, que había que ir sorteando, no sin destreza, pues a veces convenía no mirar hacia abajo. El barranco del Poqueira nos acompañaba siempre a nuestra izquierda, en toda la ascensión.

Una vez en la cota de 3.000 mts, la pista se hizo más llevadera, y nos cruzamos con cantidad de beteteros bajando desde más arriba. Seguramente habrían subido bien temprano para entrenar o darse una vuelta.

Cruzamos por debajo de la loma del Mulhacén para llegar a nuestro avituallamiento, el refugio de La Caldera (3.050 m.). Aquí paramos para comer algo, descansar y continuamos ganando altitud hacia el refugio Villavientos, desde donde pudimos comunicarnos vía walkie con nuestro compañero, que poco a poco había llegado ya medio montado en bici hasta el refugio de La Carihuela (3.229 m.), en el paso del mismo nombre al que debíamos llegar.

Casi una hora y media más tarde nos volvíamos a reunir todos en La Carihuela, para comer algo y emprender la ascensión al pico Veleta, tan solo a unos kms de donde nos encontrábamos.

El viento en esta zona (cara norte de la Sierra) era más fuerte, y había que andar con cuidado si no queríamos salir volando barranco abajo.

Ya en el Veleta (3.396 m.), nos hicimos el album de fotos de rigor, y después de ponernos algo de abrigo tiramos para abajo. Algunos decidieron pillar todo asfalto ya casi hasta Granada, y otros pillamos más senderos, para aprovechar el día.

Desafortunadamente no pudimos terminar la ruta como a mi me hubiese gustado, pues llegamos muy tarde al Veleta, y lo que nos quedaba todavía por delante hasta completar los 90 kms. de este día no los íbamos a poder finalizar con suficiente luz. Así que decidí hacer los sendero que tenía en mente hasta El Dornajo, (por el barranco de San Juan) y desde aquí por carretera y por el paseo del colesterol hasta Granada. Para enlazar desde aquí por carretera con nuestro camping en La Zubia.

Los datos del segundo día de ruta son estos:

Distancia: 91 km
Desnivel de subida acumulado: 2.245 m.
Velocidad media: 8,5 km/h aprox.
Tiempo total: 10:41 horas
Tiempo en movimiento: 6:58 horas
Tiempo parado: 3:42 horas

 

En resumen, una muy buena ruta con personal excepcional, tanto física como psíquicamente hablando, pues este tipo de rutas exige de algo más que piernas, corazón y pulmón.

Cabe destacar las pocas incidencias mecánicas que tuvimos, tan solo el problema del cambio de KAY, y luego más tarde un pinchazo del mismo. Asimismo, tampoco tuvimos grandes problemas físicos ni caídas de importancia, para lo abrupto del terreno, claro.

 

GALERIA DE IMAGENES

 

 

 

 

Copyright © 2011 | Todos los derechos reservados ® 2011. | Desarrollo Web by Sakynet productions